EMPRESA Y DESARROLLO

Publicado el por Javier Sota (autor)

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Últimamente, escuchamos hablar de una mayor participación del sector privado en la política de cooperación para el desarrollo. Para algunos, parecería como si la empresa fuera un nuevo actor recién llegado a estos temas.

Sin embargo, la realidad es que las empresas cumplen un importante papel, frecuentemente muy desconocido, en los programas de desarrollo. Paulatinamente, ha ido ganando peso la idea de que la intervención coordinada del sector público, las organizaciones no gubernamentales y las empresas, constituye la mejor manera de garantizar la eficacia de la cooperación.

La contribución de la empresa puede ser muy útil para el diseño y ejecución de la política de ayuda. La empresa puede aportar unas capacidades técnicas, productivas, comerciales y de gestión, que deben ser aprovechadas. Indudablemente, parte de esos recursos deben obtenerse en el propio país beneficiario de la ayuda, contribuyendo así a la promoción de su tejido empresarial, pero hay ciertos conocimientos, capacidades, experiencias e iniciativas, que no están disponibles en el país receptor y que requieren ser transferidos desde los países donantes.

Existen tres grandes ámbitos en los que la empresa puede desplegar su participación en la política de ayuda:

1. Suministro de bienes y servicios. Tanto los proyectos de desarrollo como las intervenciones de carácter humanitario demandan, además de recursos humanos y financieros, otro tipo de insumos de carácter técnico y material, que es necesario adquirir en el mercado, a través de contratos de suministros de bienes y servicios, obras y asistencia técnica.

2. Actividades en apoyo al sector privado. En este caso, la empresa participa en la política de cooperación como actor de la ayuda y no sólo como instrumento, transfiriendo parte de su experiencia y recursos a instituciones similares de los países en desarrollo. Fundamentalmente, se trata de acciones de apoyo a la formación de tejido económico en los países en desarrollo, a las tareas de formación del empresariado y de asistencia técnica en áreas profesionales definidas, así como de respaldo a la consolidación de las organizaciones empresariales

3. Donaciones. Aportación de recursos –humanos, técnicos o financieros– a proyectos o instituciones de desarrollo, a través de diferentes modalidades, como la prestación gratuita de servicios, las donaciones de materiales o recursos o la asignación de parte del precio de un determinado producto. En este caso, la empresa juega un papel de contribuyente de la ayuda.

Por tanto, la empresa puede participar en la política de ayuda de muy diferentes formas: como instrumento –proveedora de bienes y servicios–, como agente de la ayuda –promoviendo programas de cooperación–, y como donante –aportando recursos y capacidades–.

Javier Sota, Fundación Iberemprende