Mi Hermano, sus cuentos... ¡¡y sus cuentas!!
Publicado el por Juan Manuel García Galicia. (autor)

Cómo una simple maleta puede ayudar a rentabilizar tiempo y dinero.
Mi hermano Pancho ha sido uno de los mejores publicistas de América y era muy requerido por las grandes compañías para las que hacía "creatividad". Viajaba dos o tres veces por semana cuando trabajaba en Leo Burnett y, por eso, se compró una maleta maravillosa y carísima, de la que no recuerdo la marca. Yo no entendí su inversión en ese momento, pues una maleta costaba 30 dólares en esa época y ésta rondaba los 1.500.
Esto sucedió hace 25 años aproximadamente y para mi ya era historia.
Hace unos meses vino a visitarme y, cuando lo veo aparecer en la estación, le acompañaba como siempre su fiel maleta...¡ en perfecto estado!.
Parecía que era una nueva y le pregunté si era aquella famosa maleta de finales de los ochenta, a lo que me dijo que por supuesto, que ésa no se podía cambiar, ya que hasta el día de hoy no había nada mejor en el mercado.
Cuando la adquirió, me explicó sus razones de compra: Tenía las mejores ruedas, eran de patines profesionales y, además, cambiables, por lo que podía correr a más de 60 kilómetros sin que se moviera. Yo pensé que a más de 20 km no iría jamás, sin embargo he corrido mas de alguna vez en alguna estación y mi maleta baila hasta que se da vuelta sin pasar de 10 kilómetros. Por lo tanto ese punto es muy bueno.
Su segundo punto es que se fabricó con Kevlar, un material inventado por un polaco-estaunidense que trabajaba para la firma Dupont, material que esta empresa patentó y llamó Twaron en los años setenta. Se usa por su resistencia para fabricar neumáticos, para hacer las velas de los barcos y para forrar los chalecos antibalas. Una tela muy resistente en una maleta también tiene su función, y es que no le puedan meter un cuchillo o que se rompa en un mal manejo. También me parece una buena razón después de haber comprado una, otra y muchas maleta por roturas de uso.
Pero su principal razón fué la siguiente y aún recuerdo cuando me dijo: "Es la maleta más grande que puedo meter en cabina, pero lo más importante no es eso, lo más importante es que nunca chequeo equipaje y por eso no espero nunca cuando llego al destino".
Ahora, yo le invito a hacer las cuentas de nuevo conmigo: si usted viaja para su empresa y utiliza avión, le recomiendo que consiga una buena maleta de mano y que jamás chequee el equipaje.
Tal vez una sola vez no lo note y, no le importe esperar los 40 minutos de promedio que se esperan las maletas en la cinta, pero si vuela tres veces a la semana… ¡Mucho cuidado!
Tres viajes a la semana son 6 esperas de maletas
6 esperas por 40 minutos son 240 minutos.
240 minutos por 52 semanas quiere decir que usted pierde 208 horas al año esperando maletas.
Si usted lleva 20 años haciendo su trabajo, sólo ha trabajado 18 años y, se ha pasado casi dos años esperando maletas…¡Increíble!
Lo que no es medible, no es gerenciable.
Juan Manuel García Galicia.
Peter Jordan Consultores.