Relaciones Humanas

Publicado el por N.B. / Santiago Torre (autor)

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Uno de los aspectos que más me gusta de mi trabajo es la posibilidad de “estar vivo”, de prestar mucha atención a todo lo que sucede alrededor gracias a la mejora de la escucha activa que tengo que practicar de manera permanente. Hoy quiero relatar lo que me acaba de suceder y lo que ello me ha hecho reflexionar para ser un poco más consciente de lo que nos rodea.

El martes de esta semana participé como ponente en unas jornadas en el Palacio Euskalduna de Bilbao y conocí a varias personas con las que conectamos rápidamente. Una de ellas al darme su tarjeta me pidió que siguiéramos en contacto y que le enviara un mail en donde describiera algo más la organización para la que trabajo. Quedé en hacerlo a finales de semana.

Esta mañana he cogido su tarjeta para no olvidarme de ella, pero al llegar a la oficina no la tenía, “ya me la he dejado en casa”, he pensado. Sabía que uno de mis hijos no tiene clase en la universidad los viernes y le he llamado para que me facilitara los datos de la tarjeta en la que rezaba más o menos así

Jose García García.
Director de RR.HH.

Mi hijo me ha leído el nombre y apellidos y me ha descrito su puesto como “Director de Relaciones Humanas”. Le he explicado que ese acrónimo significa Recursos Humanos, pero me ha hecho reflexionar mucho sobre el porqué no podría ser Relaciones Humanas

Desde luego, si fuera así, “otro gallo cantaría” para muchas organizaciones, Relaciones Humanas, claro que sí: preocupación por la personas y por su desarrollo, por su compromiso y bienestar, por su ilusión y motivación, por sus deseos e inquietudes, … por la persona como persona y no como recurso.

La propia palabra Recursos Humanos está viciada. Recurso. Esto hace que todo lo que trasciende a ello también lo esté, por eso se habla de “gestión de personas”, porque se consideran recursos y estos se gestionan.

Pues no señor, las personas no son recursos, son personas y las personas no se gestionan, se empoderan, se entienden, se les atiende, se les ayuda a desarrollarse, a obtener lo mejor de sí mismas, se les ilusiona, se les apoya y se les exige; en una palabra, se les lidera.

Hablamos de liderazgo, pero luego de gestión. Liderar no es gestionar, se gestiona desde la jefatura, se lidera desde el desarrollo personal y la preocupación por quien tienes a tu lado como persona, no como recurso.

Muchas gracias Patxo, por tu candidez y hacer que esta me haya servido para esta reflexión.

Haciendo caso a mi hijo, pido desde aquí que RR.HH. pase a ser Relaciones Humanas y que desterremos la palabra gestionar unida a personas y utilicemos la palabra liderar para esa acción.

Santiago Torre
Coach de Negocios – Vicepresidente de AICEN (Asociación Internacional de Coaching Empresarial y de Negocios)

santiagotorre@impulsocoach.com