Impresiona a tu audiencia

Publicado el por Juan Manuel García Galicia (autor)

 (photo: Juan Manuel Garc�a Galicia)

Borrosas y brillantes, las pinturas de los impresionistas no se tratan de detalle y exactitud. De hecho Claude Monet dijo que él quería “capturar la primera impresión de una imagen”; ese momento antes que se enfoquen el ojo o la cámara. Él dijo que estaba luchando por conseguir la “instantaneidad”.

Uno de los mejores retratistas de todos los tiempos de pronto ve como la cámara fotográfica le roba el protagonismo y decide hacer otra cosa que no sabía en ese momento lo que iba a trascender. Era una tarde de 1869 cuando Monet pintaba en La Grenouilere, cuando de pronto se da cuenta que las sombras no son solo negras, sino que están influenciadas por los colores a su alrededor. Además se da cuenta de que el color de un objeto se modifica con la luz en la que es visto, por los reflejos de otros objetos y por el contraste de los colores yuxtapuestos.

De igual forma el significado de una palabra es influenciada por las palabras que la rodean. El color de una palabra se modifica con la luz (contexto) en la que es vista, por los reflejos de las palabras que están cerca y por el contraste con las palabras yuxtapuestas a ella. Cuando Monet descubre que las sombras no son negras, elimina de la paleta la ausencia de color (el negro) haciendo de sus cuadros colores que resaltan y tienen vida. En ese momento la luz irradió su lienzo y los reflejos se tornaron luminosos, los contrastes se hicieron mágicos y sus cuadros constaron millones. La luz llenará de magia a las palabras que pongas y la persuasión se volverá luminosa. Los resultados son entonces mágicos. Haz como Monet:

Ignora los detalles

Exagera el color

Elimina el negro

Entonces esas palabras que entran por el oído y que tal vez no hacen sentido, irán directo al hemisferio derecho. Allí se crea ese lenguaje impresionista y deslumbrante de los poetas y de las metáforas. Entonces en vez de decir: “El Merlot tiene más cuerpo que el Cabernet” y crear una discusión racional, dirás al estilo Monet: “El Cabernet sabe a sol y arco iris, mientras que el Merlot es brumoso, oscuro y gótico”.

En vez de poner la imagen mental triste de la primera oración en la pantalla de 19” del lado izquierdo de tu cerebro, verás una película en la pantalla gigante del lado derecho. La imaginación es más grande que la realidad y no hacemos nada que no hayamos imaginado antes. Pon a sonreír al cerebro de tus oyentes y sorpréndelo siempre. ¡Que seas Monet!

Juan Manuel García Galicia.