El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el año 2016 se hace en un marco económico que apunta hacia la recuperación y con un condicionante político muy particular: la convocatoria de Elecciones Generales en el horizonte próximo.

De un primer análisis de estas cuentas llama la atención sobre todo el cambio en la orientación de la política presupuestaria. Está previsto que crezca el gasto consolidado del Estado en un 1,2%. Pero este incremento está comprometido fundamentalmente por el aumento del gasto social en casi un 4%, a la subida de salarios del personal del sector público y al crecimiento de las transferencias a las comunidades autónomas, en cerca de un 9%.

En cambio el ajuste presupuestario de ejercicios precedentes se mantiene para las políticas que afectan a la actividad económica, a pesar de que este tipo de actuaciones impulsan el crecimiento, la inversión y el empleo. En concreto, éstas se reducen un 6,6% en 2016 y pierden peso en el total de gasto consolidado (8,1%, frente al 8,7% de 2015).  Asimismo, la inversión en infraestructuras cae un 1% respecto al ejercicio precedente.

No son los presupuestos que Asturias necesita

La inversión real del sector público estatal (el administrativo con presupuesto limitativo unido al empresarial y fundacional con presupuesto estimativo) prevista inicialmente por este proyecto de Presupuestos para el año 2016 en Asturias asciende a 307,66 millones de euros, lo que supone una caída del 7,7% respecto al Proyecto de Presupuestos para 2015. Se vuelve así a registrar tasas negativas, después de que el ejercicio pasado se hubiera invertido la tendencia decreciente que la región venía sufriendo en los últimos ejercicios.

Se trata de inversiones que vuelven a concentrarse en las grandes obras públicas en marcha, principalmente en proyectos ya comprometidos en ejercicios anteriores, como la Variante de Pajares. Las importantes dotaciones que reciben estas obras son positivas para la región, pero no por ello debemos obviar que en algunos casos se trata de proyectos que acumulan años de retraso y que ya deberían haber entrado en servicio.

FADE entiende que, además de la recurrente exigencia de finalización de las infraestructuras básicas pendientes, Asturias no debe renunciar al impulso de nuevos proyectos para la región en otros ámbitos que la conviertan en un elemento pujante dentro de España. Más aún en tiempos difíciles, debe apostarse por las partidas que sirvan para impulsar la actividad, el empleo y la competitividad futura de la economía, las que pueden favorecer la actividad económica directa y la mejora de la capacidad innovadora de nuestro tejido empresarial y de nuestra sociedad en general.

A falta de una análisis en profundidad del proyecto, FADE considera que no estamos ante los presupuestos que Asturias necesita para salir definitivamente de la crisis y lamenta el agravio comparativo con otras regiones.