«Empoderar a las adolescentes: poner fin al ciclo de la violencia»

Publicado el por Nieves Fernández (autor)

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Nieves Fernández. vicepresidenta de Unesco Etxea, en el Día Internacional de la Niña

«Insto a los gobiernos a que adopten medidas para poner fin a todas las formas de violencia contra las niñas en el mundo entero. Juntos debemos crear un mundo donde la violencia contra las mujeres y las niñas no se tolere jamás y las niñas estén siempre empoderadas para hacer realidad todo su potencial.»
(Mensaje del Secretario General, Ban Ki-moon)

La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el 19 de diciembre de 2011, la Resolución 66/170 donde reconocía los derechos de las niñas y los desafíos excepcionales a que se enfrentan en todo el mundo y declaró el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña.

Hoy recordamos que es una obligación ética y moral, hacer de la violencia contra las niñas y las mujeres un hecho visible e inaceptable en la sociedad.

La práctica de sus derechos y necesidades debe comenzar como casi todo, con la educación a las niñas durante la adolescencia, para prevenir y eliminar las distintas formas de violencia hacia ellas; y debemos ser consciente de que en nuestra realidad cercana, muchas jóvenes “no son conscientes” de que están sufriendo, por parte de sus parejas, comportamientos de control y de maltrato y tenemos que animar a quienes se encuentren en esta situación o la conozcan en su entorno a actuar a través de la familia, amistades, etc.

Es preciso seguir incidiendo en la concienciación social y en promover la ruptura del silencio cómplice del maltrato. Además de la  falta de autodetección por parte de las mujeres que la sufren por no conceder suficiente importancia al maltrato recibido. Es fundamental incidir en la detección de las primeras señales del maltrato para identificar si se está viviendo una situación de violencia de género, también en la adolescencia.

La educación debe capacitarlas para la dignidad en igualdad, para el empoderamiento social, invirtiendo en programas para ofrecerles opciones de vida digna y autónoma, asegurando la participación de las adolescentes en la vida cívica, económica y política, con sistemas estructurados de apoyo socio-económico, de seguridad para su movilidad y de accesibilidad tecnológica.

Iniciativas como la campaña del Secretario General de las Naciones Unidas ÚNETE, con la Educación para Todos y el movimiento mundial para terminar con el matrimonio infantil pueden ayudarnos en esta tarea, pero es en las manos de los-as educadores (...y educamos todos-as), donde reside la fuerza para conseguir la calidad educativa necesaria.

Una educación de calidad debe responder a todos y cada uno de los alumnos-as, ya que “Cada ser humano es único y puede crear”,  y su principal objetivo es conseguir “que cada alumno-a logre dirigir su propia vida”; y para ello es importante priorizar: “Primero educación y luego capacitación”.

Como bien nos recordaba Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la UNESCO, en su reciente ponencia inaugural de las XXV jornadas FEAE (Fórum Europeo de administradores de la educación), este año centradas en: La evaluación social de la educación, “la persona nace libre y con capacidad de raciocinio, y debe ser educado para ejercer esa libertad y para ejercer la fraternidad”, “ser yo y ser nosotros”, como emana de los dos primeros artículos de la declaración de los derechos humanos.

¡Pongámonos a ello!,
“el por venir está por hacer”... y “mañana siempre es tarde”.