Amaia Giralt: Emprender es "cometer errores y aceptar que son parte del proceso"

Publicado el por N.B // REDACCIÓN (autor)

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Se considera una turista en su propia ciudad y, cuando puede, en la de los demás. Tiende a perderse en todos los sitios, pero le da igual; por eso podía haberse comprado un mapa pero, decidió llevar consigo una cámara. Toca el ukelele, baila el “MoonWalk” de Michael Jackson y le encanta imitar acentos; vamos, lo típico de una joven de su edad… Pero además de dedicar el tiempo a sus heterogéneos hobbies, siente “una gran pasión por el mundo del emprendimiento, las startups y la innovación”. Se formó en Mondragon Unibertsitatea y, quizá porque se pierde en todas partes, ahora está diseñando interacciones y experiencias alrededor de una tecnología basada en la geolocalización, con el fin de generar nuevas lineas de negocio…

Vemos que eres una persona muy activa, ¿qué es para ti el emprendimiento?

Considero emprendedoras a todas aquellas personas que luchan por lo que quieren, a toda persona capaz de visualizar algo en el futuro y hacerlo real, dispuesta a cometer errores y aceptar que son parte del proceso que está viviendo. Podría decir que… para mi el emprendimiento es una actitud.
 
En mi caso, una actitud que he adquirido con las experiencias que he vivido estos últimos cuatro años, cuando constituí una cooperativa con mis compañeros y me involucré en diferentes proyectos por China, India, San Francisco, Finlandia y Holanda. Todo esto apoyado por el ecosistema generado por la unidad de emprendimiento de la Universidad de Mondragon, el grado en emprendimiento llamado LEINN.
 
Con tanto viaje, de aquí para allá, ¿dónde estás; aquí o allá…?

Pues en estos momentos me encuentro en Barcelona, realizando un proyecto en una Start up basada en Software as a Service (SaaS). Geolocalización, big data, el internet de las cosas son las palabras de mi nuevo día a día. Diseño interacciones y experiencias alrededor de una tecnología basada en la geolocalización. Esto supone conocer el comportamiento de los usuarios para mejorar la experiencia que viven, mezclando así el mundo online con el offline y generar nuevas lineas de negocio.
 
Es la primera vez que me involucro en un proyecto con base tecnológica, pero no por eso me veo insegura para hacer frente a los retos que se nos presentan. En los últimos años, he llevado a cabo diferentes proyectos con la cooperativa que fundamos mis compañeros y yo. Y sobre todo, he desarrollado proyectos en el ámbito de la educación, el turismo y la gastronomía; todos ellos tenían algo en común, y es que el punto de inicio era el cliente/usuario, al igual que el proyecto en el que me he involucrado recientemente en Barcelona.
 
Creábamos un concepto y lo testábamos con clientes potenciales. Siguiendo los principios del concepto “Lean start up”, no diseñas una empresa en base a unas hipótesis que has imaginado sentado frente a la mesa; necesitas validar estas hipótesis y, especialmente, intentar llegar a una situación real de compra para observar cómo se comportan los clientes/usuarios y pivotar después (hacer nuevos cambios) tu estrategia con los nuevos conocimientos. Éste ha sido uno de los grandes aprendizajes que he adquirido con los años.
Falla y hazlo lo antes posible para aprender cuanto antes qué funciona y qué no.
 
No cabe duda de que tienes la cabeza sobre los hombros; ¿qué hay ahora dentro de ella…?

Alguien de algún lugar me dijo un día, que “nadie va a determinar si tu idea es buena o mala, sino que el mismo mercado será el que conteste a tu pregunta”.
Y pienso que no le falta razón.
Por eso, ahora tengo entre manos el desarrollo de una plataforma donde se conecten proyectos y personas…
 
Y a las personas, ¿qué les hace falta para convertir sus ideas en proyectos?

Por un lado, un ecosistema emprendedor formado por universidades, inversores, incubadoras y aceleradoras de proyectos, además de un buen apoyo por parte de los organismos públicos; instituciones que les acompañen en sus retos y les ayude a perder el miedo al fracaso.
Asimismo, para mi es clave pensar en global y potenciar las colaboraciones; en este sentido, veo importante que pueda haber apoyos especiales para conocer y experimentar otras culturas emprendedoras. En mi caso, podría haber comenzado mi proyecto en Donosti pero, vi imprescindible salir del entorno y conocer mejor otros ecosistemas; Barcelona me está aportando un enriquecimiento personal y profesional extraordinario y, toda esta experiencia, me ayudará sin duda a emprender mejor en Euskadi.
 

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