Por qué debemos enseñar a los niños a programar

Publicado el por JAVIER MARTÍN / LOOGIC (autor)

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Programar o ser programado, es el provocador título que utiliza el escritor Douglas Rushkoff en uno de sus libros para hacernos reflexionar sobre la importancia de ser capaces de controlar la tecnología en el mundo digital en el que vivimos y sobre la necesidad de aprender a programar para no estar a merced de las decisiones de los que van a programar todo aquello que vamos a utilizar en el futuro, porque todo, o casi todo, lo que vamos a usar, o consumir, va a ser digital y va a estar programado de alguna u otra forma. Para muchas personas será ya tarde para aprender a programar debido a su edad o preparación académica, igual que muchas personas no han llegado a aprender inglés, porque no lo estudiaron en el colegio y no lo necesitaron porque no tuvieron nunca que viajar al extranjero. Al igual que en estos momentos, en plena globalización, el inglés resulta fundamental para cualquier estudiante que quiere lograr una carrera exitosa en su vida, la programación será una habilidad fundamental para aquellos que quieran ser relevantes en la era digital que ahora comienza. 

La revolución tecnológica que se ha dado en esta última década ha alcanzado y transformado profundamente la sociedad. En esta situación es muy importante ayudar a las generaciones futuras a tener las herramientas y actitud adecuadas para contribuir a que este cambio sea para el bien suyo y de toda la humanidad. El mercado laboral se enfrenta a un desajuste entre la formación actual y las habilidades profesionales demandadas por las empresas. Este “deficit de talento” es especialmente notable en los perfiles relacionadas con las habilidades tecnológicas. Las previsiones para el año 2020 son devastadoras: solo en España, se prevé que será necesario cubrir cerca de dos millones de puestos de trabajo de perfil técnico o STEM (Science, Technology, Engineering, Maths). En Europa ya vaticinan que se quedarán sin cubrir más de 800.000 puestos de trabajo tecnológicos. Ante esta situación debemos preguntarnos si estamos preparando a nuestros niños y jóvenes para el mercado laboral que se van a encontrar cuando sean mayores.

La vocación tecnológica no puede surgir de manera forzada, a la hora de elegir un estudio superior. La mayoría de jóvenes que sienten interés, se sienten intimidados por la dificultad aparente de ese mundo, lo ven como algo inaccesible. Pero la persona que ha estado en contacto con el ambiente tecnológico desde una edad temprana, no tiene tanto problema en elegir una carrera o formación superior en ese ámbito y desarrollar un talento que ya han descubierto y disfrutado desde pequeños. Y aun en el caso de que no estemos ante un posible talento STEM, es tremendamente necesario que todas las personas se familiaricen y comprendan cómo están hechas las cosas que van a utilizar en sus respectivas profesiones. La tecnología se ha convertido en una herramienta indispensable para aumentar la eficiencia y eficacia dentro de cualquier entorno laboral, y un conocimiento lo más completo de ésta, permite al profesional una mejor toma de decisiones y ejecución de su trabajo en general.

Las mejores iniciativas para enseñar a los niños a programar

Conscientes de la importancia que supone dar a las nuevas generaciones las capacidad para tomar las riendas de su futuro, son muchas las organizaciones, tanto públicas como privadas, que se han puesto a trabajar en desarrollar herramientas y metodologías destinadas a ayudar a los niños a aprender a programar. Probablemente la que más trascendencia ha tenido hasta el momento es Scratch, el lenguaje de programación visual publicado de manera libre en 2013 por el grupo Lifelong Kindergarten del MIT Media Lab y orientado a la enseñanza, principalmente, mediante la creación de juegos. Scratch está pensado para ayudar a las escuelas y profesores en el trabajo con sus alumnos en el desarrollo de habilidades mentales mediante el aprendizaje de la programación sin necesidad de saber utilizar lenguajes de programación convencionales. Scratch es usado por estudiantes, profesores y padres para crear animaciones de forma sencilla y sirve como iniciación para el mundo de la programación más avanzado. También puede usarse para un gran número de propósitos educativos construccionistas y de entretenimiento, como proyecto de ciencias o matemáticas, incluyendo simulación y visualización de experimentos, conferencias grabadas con presentaciones animadas, historias animadas de las ciencias sociales, arte interactivo, música… Scratch permite a los usuarios usar programación dirigida por eventos con múltiple objetos activos llamados “sprites” , que pueden pintarse como gráficos vectoriales o mapa de bits, desde su propia web, usando un simple editor que es parte del proyecto, o pueden también importarse desde fuentes externas incluyendo webcams. Las cifras de uso de Scratch demuestran el gran éxito que está logrando entre la comunidad educativa, con más de 11 millones de usuarios registrados y más de 14 millones de proyectos creados en sus tres años de funcionamiento, es digno reconocer el gran aporte que han hecho los creadores de este software para ayudar a los niños a aprender a programar, teniendo en cuenta la gran importancia que esto va a tener en el futuro de éstos.

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