Ternua, Ibarmia y Pierburg: tres experiencias reales de la eficacia del análisis y gestión de datos

Publicado el por SPRI (autor)

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Cada vez son más las empresas vascas que tienen clara la necesidad de apostar por la innovación tecnológica en sus procesos de producción para conseguir una mayor eficiencia y competir con productos de calidad en el mercado internacional. No todas ellas requerirán de la implantación de tecnologías como la robótica colaborativa, la fabricación aditiva, la inteligencia artificial o la realidad virtual, pero sí que verán importantes ventajas en disponer de datos exhaustivos sobre el estado de las máquinas, los procesos de fabricación, la opinión de los clientes o el lugar en el que se encuentran sus productos. En este punto, el ‘big data’ o análisis masivo de datos confluye con conceptos como la servitización, la trazabilidad, internet de las cosas o la sensórica, que juegan un papel fundamental en la Industria 4.0.


Las ventajas de lograr información de la actividad productiva son claves en tres empresas vascas de actividad tan dispar como Ternua, Ibarmia o Pierburg. Esta última es una compañía con más de 400 trabajadores que forma parte del Grupo KSPG AG, líder mundial en diseño, desarrollo y producción de componentes para el automóvil. El hecho de formar parte de un grupo internacional le ha obligado a apostar de una manera clara por la Industria 4.0 ya que, como reconoce Carlos Etxebarria, director IT de Producción de Pierburg: “La clave del éxito es anticiparse y competir en calidad. Para ello es necesario innovar, ser más eficientes y ser los primeros en incorporar los avances tecnológicos. En este sentido, hoy en día los datos se han convertido en un auténtico diamante ya que su análisis respecto a los procesos productivos nos ayudan a mejorar nuestros márgenes económicos”.

En el caso de Ibarmia, dedicada a la fabricación de máquina herramienta, el uso y el análisis de los datos está dirigido a mejorar la asistencia de sus clientes y a realizar un mantenimiento predictivo de sus equipos. Su directora de Innovación, Arrate Olaiz, asegura: “Los productos que fabricamos y vendemos pueden durar de 20 a 25 años por lo que para nosotros es fundamental conocer cómo se comporta durante ese tiempo un equipo y prever posibles fallos de funcionamiento o realizar cambios de diseño. Gracias a los datos que recibimos de algunas de las partes más sensibles de esas máquinas podemos evitar estos problemas. Es lo que se denomina mantenimiento predictivo. También podemos llevar a cabo una gestión inteligente de los recambios. Gracias a los datos hemos cambiado nuestro concepto de servitización”.

Ternua es otra empresa guipuzcoana que se dedica a la fabricación de ropa deportiva y que se ha abierto al mercado internacional a pesar de su juventud. Aitor Barinaga, director corporativo de Operaciones, asegura: “Hoy en día solo con los precios no se puede competir. Debemos de trabajar la innovación para mejorar la eficiencia de los procesos productivos y realizar productos de gran calidad para potenciar la marca”. Pero en el caso de Ternua, la utilización de los datos no está relacionada con los procesos de fabricación o las relaciones con el cliente sino que son claves para prever cifras de ventas. “Cada vez que lanzamos una nueva colección tenemos que analizar datos históricos relacionados con otras campañas o con la demanda de los clientes para estimar ventas y concretar la producción. Son datos que recopilamos de estrategias de marketing, de distribuidores e incluso de las redes sociales. El contar con la mayor cantidad de datos posible es fundamental para nosotros”, incide Barinaga.

Pero poner en marcha estrategias de análisis de datos no es una garantía de éxito a corto plazo ni en todos los casos. Carlos Etxebarria recalca: “Llevamos tres años capturando datos de diferentes procesos, pero tenerlos no nos aporta soluciones en tiempo real. Tardaremos un tiempo en analizar toda la información recabada y veremos qué salida les damos”. A pesar de ello, el responsable de Pierburg mantiene: “El riesgo es no arriesgarse porque la competencia es fuerte. Hay que seguir innovando y seguir invirtiendo, aunque hay que hacerlo con cabeza y con cierto conocimiento. Tampoco se puede arriesgar a lo loco sin saber qué ni para qué”. Juan José Galdós, director de Industria 4.0 de Ibermática, la compañía que organizó esta mesa redonda, explica: “Lo primero que debe de hacer una empresa a la hora de plantearse el análisis de datos es saber qué va a medir, ver qué información vas a captar, en qué procesos te vas a fijar y determinar qué tipo de sensores o dispositivos medidores se pueden instalar para capturar esos datos”.

Arrate Olaiz también hace hincapié en la importancia de las personas y, en este caso, de los trabajadores: “A la hora de recoger datos es importante implicar a toda la plantilla en la relevancia de que cualquier anomalía se registre. A pesar de que gran parte de la información se recopilará a través de sensores de diferentes tipos instalados en las máquinas, siempre habrá ciertas informaciones que un operario puede observar y es fundamental que sepa incluirlas de forma manual en la base de datos. Hay que adaptar el software de gestión de datos a los diferentes perfiles de trabajadores de nuestra empresa”. En este sentido, Juan José Galdós, mantiene: “Nosotros llevamos más de 25 años montando sistemas en diferentes empresas y sabemos que existe una barrera tecnológica entre los empleados. Hay que adecuar el ‘software’ y los interfaces para que sean de un uso sencillo. Pero también hay que dar formación a los trabajadores sobre el correcto manejo de los dispositivos y la importancia de que incorporen datos de manera manual”.

Una de las conclusiones de este debate es que en Euskadi las empresas y especialmente las pymes son cada vez más conscientes de la necesidad de apostar por la innovación tecnológica. La percepción es más positiva que en otras regiones del Estado, pero no hay que pararse ni caer en la autocomplacencia ya que siempre puede haber otras empresas que lo pueden hacer mejor y dañar gravemente nuestra competitividad.