Tengo una idea, ¿debo protegerla?

Publicado el por N.B. DOROTA MASLANKA (autor)

Tengo una idea. No quiero que me la copien. Bueno, en realidad igual ya existe. ¿Será caro gestionar su protección?... Estas son cuestiones que surgen en la mente del colectivo emprendedor en el desarrollo de sus iniciativas, sobre todo cuando se plantea iniciar nuevos caminos que generen valor añadido.

La propiedad industrial e intelectual resulta bastante desconocida y en muchos casos no se ve como útil en la gestión de una empresa. Hay que admitir que no siempre es imprescindible acogerse a este tipo de protección, pero lo que si que es imprescindible es considerar sus opciones. No podemos descartarla sin evaluar sus beneficios o las posibles amenazas de no acogernos a ella. Ninguna empresa suele prescindir de asesoramiento en aspectos fiscales, laborales, etc. Pero hay empresas que no estiman un asesoramiento en propiedad industrial.

Se reciben muchas consultas y se va percibiendo que el colectivo emprendedor va asimilando la necesidad de que proteger sus innovaciones le puede ayudar a redirigir su estrategia en la búsqueda de nuevas oportunidades. Esto se refleja en el aumento que se está produciendo cada año en el número de patentes y marcas tanto a nivel nacional, como internacional. En muchas ocasiones puede ser imprescindible a la hora de pensar en la internacionalización de una empresa, pudiendo ser el único factor diferenciador en el mercado, lo cual permitirá la expansión con éxito. Y en el resto de las ocasiones no deja de ser un pilar fundamental para el aumento de la competitividad.

Puede que sea la única herramienta de defensa que podamos utilizar en el caso de ser copiados. Hay que señalar, que no es una varita mágica, pero en muchas ocasiones nos puede permitir prohibir que otros nos copien o imiten, además permite solicitar una indemnización por los daños causados. Es mucho más barato solicitar una marca y tenerla concedida, que tener que retirar un producto del mercado una vez introducido (campaña publicitaria y de marketing, envases y etiquetas etc.), debido a que infrinjamos una marca anterior. También es mucho más barato solicitar la marca, que tener demandar a nuestro proveedor local si este registra nuestra marca a su nombre, para exigir que nos la devuelva. Por otro lado, al tener una patente concedida, obtenemos importantes garantías de poder comercializar nuestra tecnología en exclusiva, además, a nivel internacional, nos garantizaría que es única al haber pasado el examen de los requisitos de patentabilidad.

Así que es muy importante considerar todas las opciones disponibles antes de tomar pasos comerciales y tener siempre presente que se trata de una inversión en lugar de un gasto, puesto que nos va a permitir ahorrar bastante dinero en caso de cualquier incidencia. Pero es importante tener un trabajo bien elaborado; una patente mal desarrollada, aún estando concedida, si que pudiera ser finalmente solo un gasto.

Como noticia, parece ser que la Patente Comunitaria por fin va a entrar en vigor, lo que supondrá una importante reducción de costes para proteger una invención en Europa. Es un procedimiento muy deseado, pero a la vez despierta cierto temor por los cambios que puede provocar en el mundo de las patentes a nivel europeo. Desde hace tiempo se ha buscado la forma de agilizar y abaratar los procedimientos existentes de protección mediante Patentes, ya que las empresas tienden a prescindir de estos procedimientos por su excesivo coste. La Patente Comunitaria puede ser la solución, aunque su régimen lingü.stico parece ser su mayor obstáculo, ya que las patentes concedidas no serían traducidas a los idiomas nacionales como hasta ahora, con lo que el emprendedor se encontraría ante la situación de poder estar afectado por patentes publicadas en un idioma extranjero.

Siempre hay que valorar nuevas perspectivas, pero es ahora más que nunca cuando se dan las circunstancias adecuadas para que surjan nuevas oportunidades, y el que innove verá recompensado su esfuerzo en estos tiempos difíciles. Así que si tiene una idea que proteger, no tenga dudas, consulte. La clave es un asesoramiento profesional y a medida para cada empresa. No desperdicien las oportunidades y aprovéchense de las herramientas existentes y de los avances que ofrece la propiedad industrial.

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