La Pesca con mosca y tu empresa

Publicado el por N.B. / Santiago Torre (autor)

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En una ocasión oí a Stephen Covey relatar una historia sobre pescadores. Decía que dos pescadores se encontraban en un río de los Estados Unidos pescando con la técnica de la mosca. Al ver la cara de extrañeza que pusimos los asistentes (era en España y no sabíamos exactamente de lo que hablaba), explicó que es una técnica muy popular en Estados Unidos y que veremos en muchas películas, consiste en ir moviendo un hilo cómo un látigo por encima del agua golpeando ocasionalmente la misma de forma que parezca que ha caído un insecto en ella, lo que unido a la forma del anzuelo realmente le parece a la trucha que así ha sido. Una vez que el pez piensa que ahí hay un insecto todavía vivo se lanza inmediatamente a su captura. Para que todo esto tenga efecto, el pez debe sentir que todo esto ocurre muy cerca de él, por lo que es de gran importancia que el cebo toque el agua en la proximidad de las truchas.

Una vez explicada la técnica nos dijo que uno de los pescadores pescaba muchísimo mientras que el otro apenas capturaba alguna pieza. “¿Dónde puede estar el motivo de la diferencia?” preguntó. Nos movimos en respuestas de todo tipo, principalmente se achacaba al conocimiento, a la experiencia o a habilidades de pulso o incluso buena vista para pasar junto al agua sin tocarla; al negar Stephen Covey todas esas explicaciones nos centramos en la suerte, la posición respecto al sol, la corriente del río y no sé cuántos aspectos más, que también fueron negados por él. La explicación es mucho más sencilla concluyó: "quien pescaba más peces estaba utilizando unas gafas polarizadas que permitían distinguir la silueta de los peces debajo del agua, por lo que la aproximación de su cebo era mucho mayor que la de su compañero.”

A nosotros, que ni éramos aficionados a la pesca ni conocíamos la técnica de la mosca nunca se nos habría pasado por la cabeza que esta fuera la explicación, ya que no teníamos ni idea siquiera de que existieran gafas capaces de distinguir siluetas de peces debajo del agua. Esto mismo les sucede a muchos empresarios y trabajadores, no conocen -o no emplean- determinadas técnicas que pueden ser de una tremenda utilidad en sus negocios.

Decía Einstein que un problema no puede resolverse desde el mismo nivel de conocimiento desde el que fue provocado y podemos aplicar aquí lo mismo.

En muchas ocasiones una persona externa nos puede hacer reflexionar sobre ciertos aspectos, para nosotros desconocidos -o sencillamente no aplicados-. Un externo puede conocer la técnica de las “gafas polarizadas” para nuestro negocio o tener un nivel de conocimiento diferente del que creó el problema, por lo que este puede ser resuelto.

Déjame que te de algún consejo al respecto

a)     Cuando estés frente a un problema que no puedes resolver, solicita ayuda externa

b)    No pidas la solución al problema –si te lo resuelven otros, no aprenderás-, preocúpate de que te hagan ver el mismo desde otro nivel de conocimiento

c)     Pregunta siempre por herramientas que puedan ayudar –quizás halles las gafas polarizadas-

d)    La solución al problema no está en la queja, el lamento o echar la culpa a otros (gobierno, jefe, proveedores, colaboradores, …) ni a las circunstancias (la crisis, la climatología, la competencia que tira precios, etc), si no en ponerse a trabajar en lo que realmente esté en nuestra mano

e)     Si tienes problemas económicos, el dinero no está en tu empresa, si no fuera de ella. Sal a buscarlo, colabora con otros, únete a grupos de desarrollo de negocio, busca alianzas con iguales a ti.

f)     Para ello, no esperes a que el otro de primero, comienza aportando y de acuerdo a la naturaleza, recogerás lo sembrado y si no siembras no tendrás cosecha

Santiago Torre

Coach de Negocios – Vicepresidente de AICEN (Asociación Internacional de Coaching Empresarial y de Negocios)

santiagotorre@impulsocoach.com