Un modelo de negocio que se centra en vender lo que los grandes supermercados no venden, justo a quienes más lo necesitan: desempleados, pensionistas y familias numerosas. 

Productos de primera calidad con fecha de caducidad próxima, precios muy por debajo de la media y un proyecto que destina una parte importante de sus beneficios a la ayuda a los más necesitados. Un cóctel poderoso para atajar la crisis.

Cada año, fabricantes y grandes distribuidores de alimentación destruyen toneladas de alimentos en perfectas condiciones por el simple hecho de que caducan en un periodo inferior al que ellos consideran razonable para ponerlo en el mercado.

Partiendo de este hecho y de la grave crisis económica que atraviesa en estos momentos la sociedad española, dos emprendedores madrileños han tenido un sueño: comprar esta comida y venderla a precios muy por debajo de la media. ¿El objetivo? Hacer más accesible llenar la despensa con productos de calidad para algunos de los sectores más golpeados por la crisis: desempleados, pensionistas y familias numerosas.

David Rabadán, uno de los impulsores del negocio nos dice: “La idea parte de un hecho y de una necesidad: el hecho de la destrucción de toneladas de alimentos útiles con el fin de conservar ‘una determinada imagen de marca’ y la necesidad de tantos amigos y familias que sufren duramente para llegar a fin de mes” “Tenemos la esperanza de unir ambas y ofrecer un modelo de negocio que sirva para cambiar, al menos, una parte del mundo en que vivimos”

Ante la pregunta sobre la principal barrera con la que se están encontrando para el desarrollo del proyecto, la respuesta es clara: “El acceso a fabricantes y distribuidores no es sencillo y, en los casos en que quieren escuchar propuestas como la nuestra, no siempre se atreven a dar el paso. Es un modelo que, aun dándoles una rentabilidad no prevista, supone cambios, y los cambios, en muchas ocasiones, se perciben como una barrera. Necesitamos empresas que se unan a nosotros y quieran ayudarnos a cambiar el mundo”

Este modelo de negocio -que no es habitual en España-, en otros países, como Reino Unido, ha sido denominado como “Negocio Social”, ya que un importante porcentaje de los beneficios obtenidos se devuelven a la sociedad mediante la colaboración con ONGs, Servicios Sociales de los ayuntamientos locales, etc.

Rabadán nos manda un último mensaje: “Desde aquí invitamos a unirse al proyecto a aquellos fabricantes y/o distribuidores que tengan entre sus prioridades el hacer un mundo mejor. Juntos podemos construirlo. ¡Adelante!”

Para más información o para colaborar en el proyecto:

info@mercadosadelante.es