La conciliación: ser mejores, estando mejor

Publicado el por Iñigo Gil Pérez-Nievas (autor)

 (photo: )

Conciliar es mucho más que “repartirse” (¡¡y a veces agobiarse¡¡) para llegar a las responsabilidades profesionales y personales. No es una cuestión exclusivamente de horarios (aunque importan).

Conciliar significa saber hacer bien, lo que tienes que hacer. Se trata de conseguir ser bueno a nivel personal y social (lo más importante) siendo muy buen profesional. La clave está en saber distinguir lo importante de lo demás y después saber cómo llegar.

A nuestro servicio tenemos varias cosas:
•    Autoconsciencia. “Ser conscientes de nuestras incompetencias” y  así, poder plantearnos hacer cambios.  Muy importante: cumplir con nuestros propósitos para que no se queden en el cajón de las buenas intenciones. Y no te importe ver fallos, todos somos imperfectos (“el que no tiene un pero,…tiene un manzano”)

•    Planificar y organizarse. Cuando seamos conscientes de las prioridades, deberemos hacer planes y organizarnos para cumplirlos.

•    Delegar. Hay 2 caminos: delegar en personas y delegar (relegar) en el tiempo = posponer.

•    Decir  “no” y otras conversaciones difíciles. Deberemos, en ocasiones, ser capaces de oponernos, hacer críticas, sugerencias, etc. y para eso es excelente practicar la comunicación asertiva, que es algo que sabemos hacer y no siempre usamos (todos a veces lo hacemos bien, y otras no tanto).

•    Negociar. A veces, la cuestión pasa por hacer intercambios. También hay que saber ceder. Otras veces deberemos ir a ganar (competir) porque el tema nos importe mucho y se trate de conseguir tu opción o no. Además, es importante no entrar en todos los trapos y saber eludir.

•    Tratamiento de  problemas y conflictos. La vida está llena de problemas (“algo que tiene solución y además está en nuestras manos” -sobre los demás no podemos hacer nada-) y conflictos (en su versión más básica son diferencias de opinión) y deberemos saber convivir con ellos. Existen procedimientos mecánicos que nos permitirán afrontarlos con el mejor enfoque.

•    No mezcles ámbitos. El trabajo está compuesto de un montón de relaciones de “rol” y son todas interesadas. Nuestros compañeros (internos o externos), no son nuestros amigos. Hay que saber desconectar: “cuando se acabe el trabajo, cada uno a su casa, y Dios a la de todos”.

•    Flexibilidad. Si somos conscientes de que hay muy  pocas verdades absolutas, veremos que nuestras creencias son en buena parte basadas en nuestras percepciones y eso mismo les pasa a los demás. Por lo tanto, su verdad es, a priori, tan válida como la nuestra. La suma de las diferentes percepciones enriquece la visión.

•    Sentido del humor. Referido a saber “caer”. Nos vamos a equivocar muchas veces y deberemos saber reírnos de nosotros mismos. Así tendremos “tolerancia al error”. Solemos tener bastante hacia los errores propios y tal vez deberemos abrirnos un poco y tolerar –también- los errores de los otros. La mayoría de los errores son con buena intención: hemos decidido hacer algo con cierto riesgo, pero pensando en acertar. Además, ¡¡ ríete más, es muy sano¡¡.

•    Somos cuerpo. Debemos cuidarlo. Es importante revisar nuestros hábitos físicos y ponernos deberes conseguibles. ¡¡ Ojo al descanso¡¡: es muy importante dormir bien (trucos inmediatos: 1. para desconectar del trabajo: deja planificado el día siguiente ANTES de cenar;  2. ¡¡no discutas por la noche¡¡)

•    Se solidario. Si no conseguimos ayudar en algo de manera altruista, nos faltará la guinda para realizarnos como personas.

•    La teoría del hábito: para cambiar, hay que QUERER, ponerse a HACER, y PERSERVERAR. Cuando nos proponemos una acción concreta –e inmediata- que queremos convertir en hábito. El hábito aparece en la repetición nº 22. Si no perseveramos, volveremos a los  hábitos anteriores: hacer (o no hacer) las cosas como las hacíamos antes. El primer día es el principal, hay que arrancar, y seguir. No pospongamos las cosas: Al único que no podemos engañar es a uno mismo.

Todo esto es entrenable. Si no se te ocurre cómo, puedes pedir ayuda: mira a tu alrededor, hay mucha gente que te puede inspirar.

¿A que esperas para ponerte deberes?

Iñigo Gil Pérez-Nievas para NavarraCapital.es
Responsable de Procesos de Coaching Individualizado en Global Talent Group (GTG)