La economía de los datos puede generar 10 millones de empleos en 2020

Publicado el por SPRI (autor)

 (photo: )

En el sector trabajan ya 225.000 empresas a nivel europeo.

Las tecnologías ligadas a los datos, así como las compañías dedicadas a la recolección, almacenamiento, análisis e interpretación de los datos generan a día de hoy cerca de 300.000 millones de euros a nivel europeo. En los próximos tres años, esta cifra podría llegar hasta los casi 740.000 millones de euros y 10’4 millones de trabajos, 4’2 millones más respecto a 2016. Las cifras proceden del informe European Data Market Study, elaborado por la Comisión Europea en el marco de la estrategia hacia el Mercado Único Digital.

El estudio trata de analizar cual es el impacto que tendrá la economía de los datos en el crecimiento socioeconómico de la Unión Europea durante los próximos años, y aunque se dibujan tres escenarios distintos, en todos ellos supone un aumento del empleo y del tejido empresarial. Si en 2016 había 225.000 compañías dedicadas a los datos, en 2020 podrían ser hasta 359.000, y los servicios y productos ligados a la tecnología de los datos podrían suponer más de 106.000 millones de euros en el mismo periodo.

Según el informe, en el futuro cercano se presentan tres escenarios posibles. El primero de ellos responde a la continuidad de la tendencia actual, con un crecimiento moderado. En este escenario, la difusión de la Internet de las Cosas y el cloud computing ayudará a aumentar la demanda, mientras que las políticas tendrán un papel importante en el desarrollo de la oferta, mediante apoyo al I+D y el emprendimiento. La industria de los datos tendrá un crecimiento gradual de la demanda, especialmente entre las empresas tecnológicamente más avanzadas.

El segundo escenario es el de alto crecimiento, donde la innovación digital toma un rol más fuerte y la inversión en TIC permite generar soluciones que combinan diferentes tecnologías, como la Internet de las Cosas, la computación en nube y el big data. En este escenario, es la demanda la que impulsa el avance, con un nivel alto de interés por parte de las empresas por sumarse a la transformación digital. Este es un ecosistema de círculo virtuoso, que solo se puede dar si hay un ritmo rápido de difusión de las tecnologías, una renovación del entorno regulador y se incluyen también las pymes en este proceso de digitalización.

El último escenario posible es el de la ralentización, que se daría en un contexto macroeconómico poco propicio donde el Mercado Único Digital no llega a despegar antes de 2020. En este entorno, el impulso principal es la tecnología en sí, pero la demanda es aún muy débil. La adopción de las innovaciones se reduce a un círculo pequeño, con un nivel de crecimiento más lento que limita el impacto potencial de la transformación digital.