Según el Servicio de Investigación Parlamentaria Europea, entre 50 y 125 millones de personas tienen muchas dificultades para poder pagar la luz y la calefacción en sus hogares. La pobreza energética se ha convertido en uno de los problemas más acuciantes en Europa, puesto que muchas familias no pueden acceder a este servicio básico por falta de recursos. Con el objetivo de buscar soluciones creativas que puedan responder de forma alternativa a este reto, la ONG Ashoka y la Fundación Schneider Electric han lanzado el programa Social Innovation to tackle fuel poverty.

La iniciativa se ha puesto en marcha en cinco países europeos: Alemania, España, Grecia, Italia y Portugal. La convocatoria se dirige a proyectos, organizaciones o empresas sociales que estén utilizando enfoques alternativos para dar respuesta a la pobreza energética. Las soluciones pueden consistir en buscar colaboraciones entre agentes de diferentes ámbitos que no se habían juntado hasta ahora, promover la participación ciudadana o buscar formas innovadoras de financiación, entre otras muchas estrategias.

Esta es la segunda edición del programa Social Innovation to tackle fuel poverty. En 2015 se lanzó por primera vez, y de las más de 200 propuestas se seleccionaron 14 proyectos. Entre ellos, se incluía por ejemplo el caso de Energie Solidaire, en Francia, un sistema de microdonaciones incluidas en las facturas de la luz para ayudar a las comunidades locales a implementar medidas de eficiencia energética; Energy Local, en Gran Bretaña, un programa de apoyo para que personas de un mismo vecindario generen y gestionen su propia energía; o La Citta Verde, en Italia, que transforma los desechos en biocombustibles no contaminantes para que puedan ser utilizados por personas con pocos recursos.

En esta edición se seleccionarán entre 15 y 20 iniciativas, que podrán acceder a un programa de 12 semanas de apoyo personalizado para escalar su proyecto. La convocatoria está abierta hasta el 1 de octubre y las propuestas seleccionadas se anunciarán dentro de la convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP23, que se celebrará en noviembre en Bonn, Alemania. Los finalistas, además de contar con el proceso de mentoring de tres meses, también pasarán a formar parte de una comunidad de iniciativas de innovación social para avanzar hacia una energía más asequible y sostenible.