El futuro del vehículo eléctrico es una realidad de la que no podrás escapar

Publicado el por N.B // REDACCIÓN (autor)

El vehículo eléctrico ya es una realidad...y se espera que entre 2020-2030 sea una industria completamente desarrollada. Claro que para eso habrá que superar algunos de los retos que tiene actualmente el sector: autonomía de la batería que irá de la mano de un mayor desarrollo tecnológico, una mejora de las infraestructuras y un apoyo de las administraciones para conseguir un incremento de la demanda. 

Desde el departamento  de análisis bursátil  www.Estrategiasdeinversion.com  pensamos que el coche eléctrico va a cambiar el futuro de compañías petroleras,  que se van a ver perjudicadas por el descenso continuo de combustibles, mientras que las compañías eléctricas van a ser las grandes beneficiadas de este cambio de tendencia, por lo que los inversores a largo plazo tienen que tener previstas estas circunstancias a la hora de elegir los activos dónde invertir.Los objetivos de la legislación son claros: llegar a 2020 con una cuota de vehículos eléctricos del 20%.  El sector se muestra optimista aunque hay distintas opiniones entre los que creen que en 2018 llegará el punto de inflexión y aquellos que creen que habrá que extender diez años más el plazo para poder ver el desarrollo total de la industria en este ámbito. Pero en lo que todos coinciden es que el crecimiento, una vez se popularice esta tecnología, será exponencial. Ahora bien, los retos todavía son evidentes.  Desde AEDIVE, su director gerente Arturo Pérez de Lucia habla de retos como el incremento en la autonomía de las baterías y que nos encontramos con un parque automovilístico obsoleto en el que es necesario implementar tecnologías alternativas cero emisiones que cumplan esa función.  

Desde un punto de vista industrial Ricardo  Olalla-Guerra, director de ventas de Mobility Solutions en Bosch España prefiere hablar de vehículo electrificado “y ahí nuestro escenario es que para 2020 el 10% del parque sea vehículo electrificado, del que un 2-3% será eléctrico puro. Mientras que en Europa vemos más o menos un 20% electrificado del que 1/3 pudiera ser eléctrico puro, otro enchufable y el resto, híbrido normal”.  Una previsiones que son incluso conservadoras, como explica este experto, teniendo en cuenta el cambio en la regulación. 

Una vez se superen esas barreras, la rueda no parará. Aunque para Ramón Gavela, director del departamento de Energía del Ciemat eso no sucederá “hasta que el vehículo eléctrico sea autónomo y no dependa de ayudas ni apoyos institucionales. Y eso será más allá de 2020”.

Pero antes, habrá cambios. Especialmente en demanda, infraestructuras y, especialmente, en el ámbito industrial.  El desarrollo paulatino del vehículo eléctrico tiene una implicación importante en la industria de automoción instalada en España. España es de los pocos países que fabrica cinco modelos de vehículo eléctricos, más de 30.000 unidades al año. Vehículos eléctricos que se distribuyen a más de 40 países de todo el mundo. “Las previsiones de demanda apuntan a que en el mundo se necesitarán más vehículos eléctricos y como España tiene un fuerte conocimiento industrial en este ámbito, nuestro país puede aspirar a fabricar más volumen y más modelos de vehículos eléctrico. Esto nos dará un posicionamiento a escala mundial como un país que además de fabricar vehículos, fabricamos nuevas tecnologías alternativas”, explica David Barrientos, director de comunicación de Anfac

Las estadísticas son claras: “El 37,4% de los españoles están de acuerdo con la motorización en contraposición del 26,7% de los europeos. Esto es importante pues estamos en un momento lento de desarrollo en el que España puede tomar la delantera”, reconoce Mar García Ramos, socia de S&F Consultants.  

DEMANDA 

Un negocio – disruptivo o no, aquí también hay diversidad de opiniones – en el que lo importante será la modificación del consumo de los usuarios. Aunque algunos hablan del factor emocional, aludiendo a que la contaminación mata a 12 personas más al año, lo cierto es que otros se muestran algo más escépticos pues “el primer motivo para comprar un coche es la línea estética y el segundo, el precio. La contaminación medioambiental no está ni entre las diez primeras”, explica Ricardo de Lombas, director de desarrollo de negocio de Bosch España.  Pero “si a partir de 2020 me prohíben circular por las ciudades, me ponen un peaje o me obligan a pagar un impuesto, es posible que el vehículo eléctrico sea un fin a la hora de entender las nuevas formas de movilidad”. Esta misma semana hemos conocido que la isla de Formentera quiere ser la primera isla de Europa solo con coches eléctricos  a partir de 2017. 

En este sentido, las ciudades serán las grandes beneficiadas y “cuando éstas apuesten de forma decidida por ello, será fundamental para conseguir que la gente vea que esto funciona de manera eficaz y eficiente energéticamente”, explica Juan Luis Plá, Director de Relaciones institucionales de Nissan Iberia.  Y ahí deja claro que cuidado porque “si no conseguimos que el vehículo eléctrico sea competitivo, ya podemos ponernos como queramos que no conseguiremos que esto rompa” y quedará el estigma de que el vehículo de combustión se asocia a libertad mientras que el eléctrico se asocia a una limitación de autonomía y dependencia de una infraestructura.

TECNOLOGÍA 

Es por eso que uno de los factores clave será el desarrollo tecnológico, centrado principalmente en una mayor autonomía de la batería. Al final, “es el componente más relevante, no sólo a nivel de prestaciones sino a nivel de costes”, explica Joaquín Chacón, Director general de Albufera Energy Storage. “Hay que pensar que la batería representa entre un 30-50% del coste total del vehículo. Que una batería sea capaz de aguantar 600 km ya es posible, tecnológicamente hablando, pero al final para tantos kilómetros tienes que poner más kilovatios de potencia y eso son unos cuantos euros más”.  Este experto reconoce que en este segmento estamos barajando “8-10 años como los necesarios para desarrollar la parte más química de la batería”, lo que hace factible 2040 como fecha clave para el pleno desarrollo de este mercado.



Eso sí, Damián Martín director de Movilidad Eléctrica de Cooltra Motos  habla de la versión de dos ruedas que ya cuentan con “entre 100 y 250 los kilómetros de autonomías para las Scooter y Motos, respectivamente. En este sentido, estamos en el posible punto de despegue en este sector, el único inconveniente es el precio”.

¿Y si quiero hacer viajes más allá de los 600 km? Alquílalo. Es la recomendación de Ricardo de Lombas, Director de Desarrollo de negocio y Vehículo Eléctrico de PSA-Peugeot Citröen en un escenario donde “vamos a ser proveedores de movilidad porque el cliente nos exigirá una respuesta adaptada a sus necesidades de cada momento”. En este sentido,Alberto Peña, dirctor del área de automoción de Tecnalia Research & Innovation alude a que el vehículo de car sharing “se va a convertir en algo parecido a un electrodoméstico, lo que puede suponer una amenaza para los fabricantes de vehículos híbridos y oportunidad para los más grandes”.  

INFRAESTRUCTURAS 

Y aquí dos de las preguntas clave, ¿habrá litio para todos? ¿Tenemos suficiente capacidad de generación eléctrica como para poder abastecer a un sector en desarrollo y un demanda cada vez más creciente?. A la primera pregunta, un sí rotundo. De hecho, los expertos ya no hablan del litio si no que reconocen estar pensando qué es lo que vendrá después.  En la segunda parte, Elena Bernárdez, responsable de comercialización de movilidad eléctrica de Endesa admite que la energía “no será un problema. De hecho, si el 10% del parque automovilístico fuera eléctrico, subiría un 2% la demanda eléctrica, con lo que no es un problema de generación”. Eso sí, hay que ver la red pues donde están las estaciones de servicio no es donde estará la potencia de la red “pero se alocará y los hábitos tendrán que cambiar”.

Sin embargo esta experta habla de autonomía, precio y falta de infraestructura con tres de las variables por las que ahora el usuario no se pasa al vehículo eléctrico. En el momento en que se consiga la autonomía, el precio dejará de ser un factor determinante pero la gente “quiere ver puntos de recarga para poder comprarse el coche.  Luego igual no lo usan – porque tenemos la experiencia – pero la quieren porque les da seguridad”.  El camino va porque la gente cargue en su casa y tener una estructura cuyo coste sea socializado.

Pero ¿qué efectos económicos traerá el cambio de tecnología?  Joan Pallisé, director de relaciones institucionales de Circutor  reconoce que 1.000 vehículos recorriendo 10.000 Km al año supondría desplazar de la balanza de pagos 10.000 barriles de petróleo que dejaría de comprar. “En España tenemos una gran cantidad de centrales eléctricas de ciclo combinado que están paradas. Para que 1 coche eléctrico funcione un año, tendríamos que poner a funcionar tres horas una de estas centrales y, si vamos a energía renovable, serían necesarias 30 horas, que nos darían energía suficiente para que funcionen un año”.

Recientemente, el CEO de Tesla, Elon Musk, confirmaba que Apple estaba haciendo su propio coche eléctrico. Algo que el sector ven con vierto escepticismo pues teléfonos los hacen muy chulos pero un coche no es un teléfono.  Al final “los que trabajamos en la industria de automoción estamos muy acostumbrados a la competencia  y no nos da ningún tipo de miedo”, explica Ricardo de Lombas. Alude al caso de Tesla que es un caso muy especial “porque tiene capacidad financiera muy grande y se ha puesto a construir coches pero ¿quiere ser Aston Martin o Nissan/Peugeot/Volkswagen, con niveles de producción grandes?  Tener la exclusividad del iPhone es fácil, lo complicado es hacerlo de forma generalista”.

Desde un punto de vista de inversión, Tesla es una de las compañías que siguen de cerca los expertos de Cygnus. Luis Amusátegui, Socio y director de análisis de la gestora habla de que la compañía está en cartera no como compañía de automóviles “sino como fabricante de baterías. Aunque también miramos compañías del sector en Europa y China “buscando momentos buenos de entrada en estos valores pero sin estar siempre invertidos.

El cambio, más que disruptivo y que pasemos de vender 2.500 a 300.000 coches “es que será algo progresivo y tendrá mucha incidencia en el mercado la parte de normativa”, reconoce el director de comunicación de Anfac. Una mejor fiscalidad, exención de impuestos, que no dependan de administraciones pequeñas, inversión por parte del Estado en los puntos de carga…son algunos de los desarrollos que tienen que venir de la Administración. Que las promesas se traduzcan en hechos y que haya más seguridad.