La situación de incertidumbre que se vive en el entorno empresarial actual conlleva a un estado de ánimo por parte del empresario de no saber qué medidas adoptar para estar bien posicionado cuando la actividad retome su ritmo de forma normal. Sabe que el modelo de mercado tradicional y el modelo de gestión que ha venido desarrollando hasta ahora están agotados, pero no tiene ni idea de cómo abordar la situación, así es que decide indagar.

En un primer momento pregunta al socio, jefe del clan familiar, amigo ó persona de confianza que como “experto” en la materia le aconseja rápidamente con su receta casera y adoptando una posición de autoridad que el empresario no duda en considerar como “acertada”. Normalmente la estrategia del viejo zorro experto será estar a la espera (aguantar el chaparrón).

No obstante, el empresario para contrastar esta opinión no demasiado proactiva, decide consultar al que le lleva los asuntos legales, al asesor, en definitiva a la persona que considera como “doctor de cabecera” que le hará un diagnóstico de la situación y que le recetará alguna medida de efecto a corto plazo que por supuesto el empresario tendrá en cuenta por ser un poco más proactiva.

En un momento de creatividad, el empresario decide acertadamente llamar a un “consultor de procesos” al que conoce porque escribe o ha intervenido en los medios de comunicación local. Este profesional, le deja sorprendido porque en ningún momento adopta una posición de experto arrogante, sino que interroga constantemente, escucha lo que el cliente le quiere comunicar y adopta una postura de ayudar a descubrir al empresario cuál es realmente lo que se necesita mejorar en el negocio y cómo hacerlo.  Así mismo, se muestra dispuesto a colaborar en la implementación de la solución que solamente el propio industrial con la ayuda del consultor pueden descubrir.

De este modo, el empresario se encuentra en una situación de total y plena confianza con el consultor para percibir, entender y actuar en pos del éxito futuro de su negocio. Decide volver a tener una reunión para concretar las condiciones de colaboración y comenzar la relación del citado profesional con su empresa y de esta forma, poder realizar en su negocio las mejoras y acciones que se consideren oportunos para mejorar la situación e incluso poder estar en la “pole position” del sector y del mercado.